“De la poesía moderna" - Wallace Stevens

El poema de la mente en el acto de encontrar
lo que sea suficiente. No siempre tuvo algo
que encontrar: la escena estaba lista; repetía
el libreto.
                                 Luego el teatro se cambió
por algo más. Su pasado se convirtió en recuerdo.

Necesita ser algo viviente, aprender el discurso del lugar.
Necesita confrontar con los hombres de su época y encontrar
a las mujeres de su época. Necesita pensar sobre la guerra
y encontrar lo que sea suficiente. Necesita
crear un nuevo escenario. Necesita subirse a ese escenario
y, como un actor insaciable, susurrar
despacio y meditativamente palabras que al oído,
al oído más delicado de la mente, repitan
exactamente eso que se quiere oír, al sonido
del cual, una audiencia invisible escuche,
no la obra, sino a sí misma, expresada
en una emoción como de dos personas, como de dos
emociones volviéndose una. El actor es
un metafísico en la oscuridad, tañendo
un instrumento, tañendo una delgada cuerda que otorga
sonidos al pasar por una inesperada exactitud, que contiene
a la mente por completo debajo de la cual no puede descender.
Más allá de la cual no hay deseo de ascender.
                                                            Debe
ser el hallazgo de una satisfacción y quizás
sea la de un hombre patinando, una mujer bailando, una mujer
peinándose. El poema del acto de la mente.

(Trad.: Andrea Parmigiani)